LA BOCA

Nos toca hoy recorrer un mundo distinto, un barrio típico de inmigrantes de los más diversos orígenes: griegos, yugoslavos, turcos e italianos, sobre todo genoveses: LA BOCA o LA BOCA DEL RIACUELO, como se la llamó al principio.
Desde los primeros tiempos La Boca del Riachuelo fue el puerto natural de Buenos Aires, pero era poco profundo y a ello se le sumaban los bancos de arena. Esto traía dificultades a los navíos de gran calado. Hubo muchos proyectos hasta que a fines del Siglo XIX se creó el nuevo puerto, proyecto del Ing. Madero, más al norte, lo que hizo que el Riachuelo se deteriorara progresivamente. Aún así, no se puede pensar en La Boca sin pensar en el Riachuelo.
La Boca es un barrio con personalidad. En sus comienzos, sus casas fueron de madera o de chapa, ambas con balcones de hierro. El colorido del barrio, cuenta la historia, se debe a que los marineros llevaban a sus casas sobrantes de pintura porque ésta era muy costosa. Pero la pintura que llevaban era poca y no alcanzaba para pintar toda la casa del mismo color.
Muchos de los habitantes del lugar fueron progresando económicamente, pero como amaban el barrio, se quedaron y fueron construyendo edificios en ladrillo revocado. Así aparecieron las casas de dos plantas, con mamparas con vitrales o vidrios de colores neutros, verdes, rojos o azules, y los techos decorados.
La Boca tiene una zona de actividades portuarias que es la correspondiente a la ribera. La parte más visitada es la Vuelta de Rocha, donde puede observarse el Puente de la Boca en el que se inspiró el maestro Quinquela Martín.
Otro lugar pintoresco de La Boca es la calle Necochea, luminosa y famosa por sus cantinas, bares y fondas.
La calle Magallanes nace en la Vuelta de Rocha y en su primer tramo numerosos artistas plásticos han instalado sus propios talleres, al igual que los maestros del pasado.
La Vuelta de Rocha, lugar histórico, asiento de la armada creada por el Alte. Brown en las guerras de la Independencia, es el más pintoresco recodo del Riachuelo. El “Vapor de la Carrera” que diariamente unía Buenos Aires con Montevideo se convirtió en una tienda de regalos, antigüedades y restaurantes.
En La Boca nos encontramos con la Plazoleta de los Suspiros, en el cruce de Vuelta de Rocha y Magallanes. Le debe su nombre al recuerdo de los suspiros de los viejos navegantes que desde tierra extrañaban el pasado. La plazoleta tiene forma de nave, consta de un mástil de barco lleno de placas conmemorativas y elementos marinos: un ancla, una campana. Está realizada en granito y cemento y tiene un busto del Almirante Brown.
La Plaza Alte. Brown es una de las más antiguas de la ciudad. Fue inaugurada en 1897 y tiene en su centro una fuente: “Glorias Navales”.
La calle Caminito, la peatonal de apenas 100 metros. En ella no hay puertas. Algunas ventanas, algún balcón lleno de plantas y de ropas colgadas para secar. Las paredes están pintadas en diferentes colores, donde hay todo tipo de murales, cerámicas y adornos. Al principio era simplemente un ramal del ferrocarril lleno de tierra, yuyales y piedras. Luego se convirtió en un “caminito” que acortaba distancias. Caminito por el que cada día pasaba Juan de Dios Filiberto, quien luego escribió el tango que lleva su nombre.
Hoy es una zona visitada por turistas extranjeros y argentinos de todo el país.
La Boca cuenta también con varios museos:
La Fundación Proa, en una vieja casona reciclada, a metros de Caminito, donde se exponen obras de arte y arquitectura de destacadas personalidades.
El Museo de Cera: en sus salas se exponen dioramas de tamaño natural realizadas por el experto en ceroplástica Domingo Tellechea.
Este museo fue declarado de Interés Cultural por la Secretaría de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires y también por el Honorable Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires por su aporte al conocimiento de nuestra historia.
Y por supuesto, no podemos olvidar al Club Atlético Boca Juniors. El primer color utilizado en la camiseta fue el celeste, nos cuenta el periodista Diego Fucks en su libro “El Libro de Boca”. La mantuvieron por unos años y más tarde la cambiaron por otra celeste oscuro con una banda diagonal en celeste claro. Y hasta tuvieron un juego de camisetas de lana a rayas finitas azules y blancas, pero en un partido contra Boedo observaron que tenían los mismos colores. El asunto se definió con un buen partido de fútbol, pero Boca perdió y tuvo que cambiar el diseño.
La camiseta que conocemos hoy se inspiró en la chimenea del barco pintada con la bandera de Suecia, azul con dos rayas amarillas en forma de cruz. Primero la franja amarilla se colocó en diagonal. Más tarde se dispuso horizontalmente, como la que usa en la actualidad.
Y también River Plate nació en La Boca. Primero se llamó “Rosales”, en homenaje a una goleta hundida, luego “Santa Rosa” y finalmente River Plate, nombre que, dicen, tomaron de unos cajones amontonados en el puerto de La Boca.
¡La Boca tiene tantas historias! Pero tal vez la más llamativa sea la que nos cuenta que el Barrio de La Boca fue una República Independiente. Los habitantes de la zona eran mayoritariamente genoveses. En 1882, a partir de una huelga en la que intervino el Estado Nacional para zanjar diferencias entre las partes, la Sociedad Italiana resolvió que el Estado Argentino no debía meterse en asuntos de italianos y se procedió a constituir La República Independiente de La Boca, se redactó un acta para informar al rey de Italia y hasta se llegó a izar la bandera genovesa en una plaza cercana. Cuando el Presidente Julio Roca supo de esto, se dirigió al lugar y con sus propias manos arrió la bandera y convenció a los disidentes para que depusieran su actitud.
Para finalizar, les cuento todos los nombres que tuvo el Riachuelo. En la primera fundación se le llamó Río de los Querandíes y Río Pequeño; más tarde Río Matanza, Río de Buenos Aires y en 1580 Riachuelo. Poco tiempo después fue el Riachuelo de los Navíos. También, y por desconocimiento del idioma por algunos viajeros, fue el Río Chuelo y el Río Achuelo de Barracas.
