lunes, agosto 14, 2006

RETIRO

El paseo de cada sábado nos lleva hoy a un barrio que tal vez sea uno de los más pequeños en superficie, pero creo que no me equivoco si digo que es el más transitado: Retiro.
Y digo que es el más transitado porque las tres estaciones de Ferrocarril, la Estación terminal de Ómnibus y de muchas líneas de colectivos, hacen que por Retiro pasen miles y miles de personas por día.
Retiro es un barrio de contrastes: por un lado hoteles lujosos, pisos, departamentos, los palacios, como el de la Cancillería o el Círculo Militar. Por otro lado, la villa de emergencia bajo la Autopista 9 de Julio.
Cuenta la historia que el gobernador Robles ordenó que se edificara una mansión que se llamó “El Retiro”, rodeada de un Fuerte con muchos cañones. Años después ese edificio se vendió a la Real Compañía de Guinea, una empresa de origen inglés que comerciaba los esclavos que llegaban a nuestro puerto. Fue así que el lugar comenzó a tener mucho movimiento y se la identificó como Barrio del Retiro.
Hasta Plaza de Toros tuvo Retiro. Se construyó en el 1800 entre las calles Santa Fe y Marcelo T. De Alvear, Florida y Maipú. Pero el general Díaz Vélez la hizo cerrar, lo que ocasionó la protesta de los aficionados.
El cuerpo de Granaderos, bajo el mando del general José de San Martín fue instruído en el Campo de Marte, hoy Plaza San Martín. Su diseño paisajistico, escultural, y la arquitectura de su entorno la convierten en una de las plazas más atractivas de la Ciudad. Sobre Av. Santa Fe y Maipú se encuentra el Monumento al General San Martín. Sobre la Av. L. N. Alem se encuentra el "Monumento a los caídos en la gesta de las Islas Malvinas y del Atlántico Sur".
Hoy, los turistas recorren el barrio comprando artículos de origen regional, artesanías, cueros, piedras y otros productos.
Si hablamos de edificios, el Complejo Edilicio Catalinas Norte es un dinámico centro con gigantescas torres de aluminio y cristal. El primero de estos edificios, el Hotel Sheraton. Allí donde está el hotel se encontraba el Parque Japonés.
Muy cerca están las oficinas de las compañías Esso, IBM y Techint

La calle Reconquista, diferente a las otras calles de Retiro, tiene un saborcito árabe y griego. Y digo “un saborcito” porque en sus panaderías se encuentran riquísimos postres y comidas de estas nacionalidades.
La Calle Florida, 10 cuadras peatonales la convierten en una calle comercial y cultural capaz de competir con las mejores de Roma o París. Por Florida pasaron ejércitos y comparsas. La Galería Pacífico, en Florida 753, es uno de los centros comerciales más elegantes del país. En 1945, cinco pintores muralistas argentinos plasmaron sus obras en los 450 metros cuadrados que ocupa la cúpula central. Estos artistas fueron Lino Spilimbergo, Demetrio Urruchua, Manuel Colmeiro, Juan Carlos Castagnino y Antonio Berni. Los murales debieron ser restaurados por primera vez en 1978 bajo la dirección de Antonio Berni, y la segunda en 1991 por un equipo argentino-mexicano dirigido por Manuel Serrano Cabrera.
En Retiro encontramos también la “Torre Monumental”, o “Torre de los Ingleses” en la Plaza Fuerza Aérea Argentina.
El origen de la torre es curioso, cuando Buenos Aires se aprestaba para los festejos del Centenario de la Revolución de Mayo, todos los países enviaron sus delegaciones, excepto Inglaterra, que se encontraba de duelo por la muerte del rey Eduardo VII. Esta situación fue la que impidió que sus representantes participaran de los festejos y por ese motivo, los residentes británicos decidieron ofrecer al país que los había recibido, un monumento que fue conocido como Torre Monumental o "Torre de los Ingleses". Tiene una concepción típicamente renacentista y fue realizada con materiales traídos especialmente de Inglaterra. De unos sesenta metros de altura, está realizada en tres niveles, pudiendo notarse en el inferior, las escalinatas y un amplio balcón. En la entrada, se aprecia una placa de mármol con la leyenda, "Los residentes británicos al gran pueblo argentino, salud. 25 de mayo de 1910". La torre alberga cinco campanas de bronce, la mayor de las cuales pesa siete toneladas y el carillón, -que marca los cuartos de hora- tres mil kilos. El cuadrante del reloj, tiene un diámetro de 4,40 metros, su péndulo pesa mas de 100 kilos y tiene una longitud de cuatro metros. Fue construido por dos famosos relojeros ingleses y desde que se erigió la Torre, se ha convertido en particular y característico del barrio. En la cima, gira una veleta -de la época isabelina- en forma de fragata de tres mástiles.

En San Martín 1039 se encuentra la Basílica del Santísimo Sacramento. Es una joya arquitectónica de estilo neogótico-romántico. Su magnífica fachada es de mármol blanco y representa al Beato Pedro Eymard junto a 2 Angeles arrodillados. En su interior, el altar mayor es uno de los más grandes de Sudamérica, decorado en onix, mosaico y bronce que se apoyan en una enorme estructura de mármol blanco. Los confesionarios, púlpito y sillería del coro son exquisitas obras de artistas flamencos originarios de Brujas, Bélgica. Es un templo suntuoso, predilecto de los miembros de la alta sociedad porteña.

Los Anchorena, que vivían en el actual Palacio San Martín con 150 sirvientes, hicieron construir en 1920 la Iglesia del Santísimo Sacramento como futuro sepulcro familiar. Uno de los Anchorena se enamoró perdidamente de Corina Kavanagh. Los Kavanagh eran adinerados, aunque no patricios. El romance no fue aprobado por los Anchorena. Y cuenta la leyenda que Corina decidió una venganza arquitectónica: ordenó que en Florida y San Martín se construyera un edificio cuyo único requisito era que impidiera la vista de la iglesia desde el palacio Anchorena, objetivo que aún hoy cumple el edificio Kavanagh. Tal fue la venganza, que para mirar de frente la basílica, hay que pararse en el pasaje “Corina Kavanagh”, según cuenta Eduardo Lazzari, presidente de la Junta de Estudios Históricos del Buen Ayre.

Como ya hemos dicho alguna otra vez, Buenos Aires guarda muchísimas historias y leyendas. Algunas las conocemos, otras nos sorprenden. Y así como vamos recorriendo los barrios, iremos recordando estas historias, algunas misteriosas, otras de amores sin destino.

SAN CRISTOBAL

Con Tango, Historias recorrerá hoy un barrio que ha sido escenario de muchísimos hechos históricos en sus primeros tiempos: San Cristóbal.
Fue zona de grandes quintas y estancias. Luego fueron apareciendo los conventillos, los cines populares, como el Select San Juan. San Cristóbal fue considerado durante muchos años una de las cunas del tango y el arrabal.

Durante las Invasiones Inglesas el barrio fue escenario de uno de los enfrentamientos entre Liniers y las fuerzas de los invasores. Después de este hecho las calles del área cambiaron sus nombres en honor a los militares argentinos que cayeron en el campo de batalla, entre las que más se destacan: Agüero (actualmente México), Monasterio (la que luego se llamó Independencia), e Ituarte (hoy Estados Unidos). También en 1810 los habitantes de este barrio tuvieron una gran participación en los hechos del 25 de Mayo.
El asilo Falcón, la comisaría 20, su gran variedad de comités y su enfoque de vecindad y hermandad dieron a San Cristóbal un tinte de comunidad que aún sigue vigente.
El Barrio de los Turcos, muy conocido y activo para las fiestas navideñas y Reyes, dieron al barrio un toque de comercio muy singular cuyos negocios ubicados en las proximidades de la Iglesia de San Cristóbal sirvieron de base para esta activa comunidad.
La Heladería Saverio: En la Av. San Juan y la antigua y angosta calle Jujuy, verdadero punto de encuentro del barrio, se encontraba ésta tradicional heladería, la que durante muchos años fue centro de reunión de los principales personajes de la farándula porteña.

En 1892 se inauguró en la esquina de las calles Independencia y La Rioja la Plaza Euskara, que contaba con su cancha de pelota, deporte vasco de moda en esa época. La sociedad vasca que frecuentaba esas instalaciones fue quien dio origen a ese conocido frontón. la más incomparable cancha de pelota que tuvo Buenos Aires y la primera, por su importancia, de todo el continente sudamericano, con una capacidad en sus tribunas y palcos para más de cuatro mil espectadores.
A mediados del año 1869 la Legislatura de Buenos Aires, y en total acuerdo con las autoridades eclesiásticas, procedió a crear la parroquia de San Cristóbal y el l0 de febrero de 1884, con la distinguida presencia del presidente Julio A. Roca, se inauguró parte de la actual iglesia.
Alberto J. Armando fue uno de los personajes vinculados al barrio de San Cristóbal. Tuvo su primer negocio, la conocida agencia de autos "Ford Armando" en la calle independencia entre Saavedra y Alberti y dicen que ahí inicio su fortuna, cuando firmó el contrato para cambiar los vehículos de toda la Policía Federal. Posteriormente fue Presidente de Boca en la época de Musimesi el arquero cantor e inició el fallido proyecto de la Ciudad deportiva de Boca Juniors.
San Cristóbal fue habitado por importantes personajes: Luis Sandrini, tres de los Cinco Grandes del Buen Humor, Enrique Muiño, que vivió en Carlos Calvo 2281, Donofri Marimón, entre otros

El tango también tuvo un lugar muy importante en este barrio. A sólo cinco cuadras de la casa de Enrique Muiño, en Carlos Calvo 2721, se encontraba la casa de la conocida María la Vasca, legendario escenario de la historia del arrabal