viernes, marzo 31, 2006

PARQUE DE LOS PATRICIOS

El Padre Furlong, sacerdote jesuita e historiador que fuera Presidente de la Academia Nacional de Geografía entre los años 1956 y 1968, afirmaba que Pedro de Mendoza ingresó por el Riachuelo y se desvió por el riacho Teuco hasta llegar a tierras altas que no se inundaban. Ese riacho hoy es la calle Enrique Ochoa, y las tierras altas, Parque de los Patricios.

Hace más o menos 150 años, por estas tierras se instalaron los Mataderos del Sur de la Convalecencia. Las calles Catamarca, Boedo, Chiclana y Famatina se cercaron con postes ya que en ese corral se faenaba el ganado. Esto le dio al barrio el nombre de Corrales Viejos.

El lugar no era muy agradable. Y tampoco lo era cuando se instaló La Quema, un vaciadero municipal adonde se llevaba la basura para ser quemada.

La zona estaba poblada por humildes inmigrantes que trabajaban en fábricas de chacinados, jabones, mantas y frazadas, curtiembres o corralones de materiales y que vivían en casitas precarias. Más tarde empezaron a aparecer los conventillos, en la Av. Garay, en Caseros y Liniers, en Gral. Urquiza y Rondeau, entre otros.

Cuando la fiebre amarilla azotó a Buenos Aires, se apuró la obra del nuevo matadero para mejorar las condiciones sanitarias de la zona, y en 1901 el matadero se mudó a Liniers.

La comuna deseaba espacios verdes, como tenían en la zona norte, y para diseñarlos contrató a Carlos Thays y al Ing. Benito Carrasco. El 12 de septiembre de 1902 con la ayuda de escolares del barrio, comenzaron a plantar los árboles de este parque de más de 100.000 metros cuadrados.

Cinco años después, Clemente Onelli, técnico en zoología e historia natural aportó al parque el Zoológico del Sur.

El matadero ya no está, pero sí el galpón donde funcionaba la administración. El Zoológico tampoco está, pero sí el “Templo de la Fortuna Viril” que fue confitería del zoo.

Claro que también hay otros referentes del barrio:

El Café Benigno, que era frecuentado por González Castillo, Homero Manzi y Celedonio Flores.

El Globito, en La Rioja y Caseros, que tiene más de 50 años y es donde se reúnen los vecinos a charlar de todo un poco.

También el Café Manzanares, boliche del tiempo de los Mataderos. Allí tocaba la orquesta de señoritas y más tarde se creó la Catedral del Tango.

En los cafés también se reunían pintores bohemios como Atilio Malinverno, Fortunato Lacámara y Quinquela Martín.

Y, por supuesto, no nos olvidamos del Club Atlético Huracán, que como Buenos Aires tuvo dos fundaciones, la segunda en 1908. ¿Por qué se llamó Huracán? Porque así se llamaba el globo aerostático de Jorge Newbery cuando unió la Argentina y Brasil en un vuelo de 13 horas. Jorge Newbery fue Presidente Honorario del club en 1910.

Parque de los Patricios fue cuna de importantes figuras, como Miguel Brindisi y el inglés Babington, grandes jugadores del Huracán Campeón del 73 que dirigía el Flaco Menotti.

También son personajes del barrio Guillermo Barbieri, primer guitarrista de Gardel, autor de “Barrio Viejo” y Tagini, autor de “Mano Cruel” que habla de una piba del barrio.

A Oscar “Ringo” Bonavena se lo disputan Patricios y Boedo. Y hasta el mismísimo “Quíntuple”, Juan Manuel Fangio, vivió en Patricios más de 20 años. Una placa recordatoria da fe de esto en la esquina de Caseros y La Rioja.

Hasta aquí nuestro paseo por Patricios. “Con Tango, Historias” seguirá recorriendo la ciudad, buscando historias, datos curiosos y leyendas.