ENRIQUE CADÍCAMO

Nació el 15 de julio de 1900, nació con el siglo y no exagero si decimos, porque seguro que vamos a coincidir, que Enrique Cadícamo está en la galería de los indiscutibles creadores del tango y su figura es sinónimo también de Buenos Aires.
Fue el décimo hijo de una familia de inmigrantes italianos. En su juventud, trabajó como escribiente del Archivo del Consejo Nacional de Educación junto a Leopoldo Lugones, con quien trabó amistad, al igual que con Héctor Pedro Blomberg y Enrique Banchs, entre otros consagrados hombres de letras.
Poeta y compositor y como tal ubicado junto a otros en esa galería de inigualables. Sus primeras composiciones fueron bajo el seudónimo de Rosendo Luna. Después lo llevaría a una sociedad incomparable con Juan Carlos Cobián.
Su primer tango fue “Pompas de Jabón”. Otras composiciones: “Al mundo le falta un tornillo”, “Rubí”, “Tres esquinas”, “Tres amigos “,”La he visto llorar”, “Almita herida”,
El puntapié inicial de esa sociedad con Cobián fue “Vení, vení”, en 1928, año en Cadícamo viajó a Europa. Luego de 6 meses de estadía en Barcelona y París, donde en esta última ciudad asiste al debut de Gardel en el cabaret Florida , regresa a Buenos Aires y al poco tiempo renuncia a su trabajo en el Archivo del Consejo Nacional de Educación, ya que como él mismo relata en sus memorias, para entonces "ganaba por semana cuatro veces más de lo que cobraba mensualmente en el Archivo",
Ya por aquel entonces tenía más de 50 temas grabados: verdaderos sucesos como “Aquellas farras”, “Che Bartolo”, “Compadrón”, Che, papusa, oí...!” o “Ramona”.
A fines de noviembre de 1930 se embarca nuevamente hacia Europa. Ese viaje contó con la presencia pasatista de una compañía teatral que se presentaría en Madrid con una obra escrita y dirigida por José González Castillo, Bayón Herrera y Manuel Romero. En su elenco: Sofía Bozán, Pedro Quartucci y María Esther Gamas. Pero a bordo del barco en el que viajaba, también estaban Gerardo Mattos Rodríguez, Cátulo Castillo y Roberto Maida.
Meses más tarde, Cadícamo volvió a Buenos Aires donde continúa creando éxito tras éxito: “La casita de mis viejos”, “Cuando miran tus ojos”, “La novia ausente”,
Cuando conoció a Gardel, tiene ya toda una obra: Gardel le grabó 23 temas entre 1925 y 1933. Fue el compositor preferido del Zorzal
En 1937 llegó a Río de Janeiro acompañado por "El Oriental" José Razzano y Charlo, quien tenía programadas una serie de presentaciones en el Casino de Urca y Radio Tupí, en las cuales, entre tango y tango, Cadícamo recitaba sus glosas. En ese viaje nació Ave de paso (de Cadícamo y Charlo). A fines del ese mismo año, con su inseparable amigo y colaborador Cobián emprende un viaje hacia Nueva York. Allí permanecieron durante más de un año, haciendo historia en los más extraordinarios registros de la bohemia norteamericana.
Poeta, dijimos. Y su pluma quedó en "Canciones grises" (1926), "La luna del bajo fondo" (1940), "Viento que lleva y trae" (1945) o en libros como "El debut de Gardel en París", "La historia del tango en Paris", "Mis memorias".
Además, autor teatral. En colaboración con Félix Pelayo para “La epopeya del tango” y “ La baba del diablo”. “El romance de dos vagos” con Germán Ziclis, “El cantor de Buenos Aires”, con Alberto Ballerini y con Martín Lemos “Los cuentos de un príncipe”
Cadícamo vivió sus últimos años con una salud de hierro que le permitió desempeñar una actividad intelectual con la lucidez de los elegidos En 1987 fue declarado Ciudadano Ilustre de Buenos Aires. Y en 1996 fue distinguido como Personalidad Emérita de la Cultura Argentina.
Falleció el 3 de diciembre de 1999, tenía 99 años y su vida de casi un siglo resulta complicado recopilarla sin dejar nada fuera de esta evocación porque difícilmente pueda hallarse composiciones extraordinarias del tango en las que no esté su pluma, su poesía, su inigualable sello. Cuanto se lo extraña. Por eso, la verdad, esta entre nosotros. No se ha ido y recordarlo hace bien...

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